Proyección territorial y colonización romana. El caso de Hasta Regia

  1. MARTÍN-ARROYO SÁNCHEZ, DANIEL JESÚS
Dirigida por:
  1. Francisco Javier Lomas Salmonte Director
  2. Lázaro Gabriel Lagóstena Barrios Director

Universidad de defensa: Universidad de Cádiz

Fecha de defensa: 28 de octubre de 2013

Tribunal:
  1. Cristóbal González Román Presidente/a
  2. José Luis Cañizar Palacios Secretario
  3. Rita Compatangelo-Soussignan Vocal
Departamento:
  1. Historia, Geografía y Filosofía

Tipo: Tesis

Teseo: 351814 DIALNET lock_openRODIN editor

Resumen

La elaboración del presente trabajo tiene entre sus precedentes destacables el trabajo de investigación conducente a la obtención del Diploma de Estudios Avanzados: Hasta Regia. Fuentes tradicionales y nuevos métodos para el estudio de la ciudad romana. Éste fue llevado a cabo bajo la dirección del Dr. L.G. Lagóstena Barrios y defendido en 2008 en la Universidad de Cádiz. La continuación de los estudios de Tercer Ciclo tomó entonces por punto de partida lo estipulado en el proyecto de tesis que se adjuntaba. La integración en el grupo de investigación HUM-0240 Patrimonio histórico de Andalucía en la Antigüedad, bajo la dirección del Dr. F.J. Lomas Salmonte, fue un aliciente que permitió, entre otros, la obtención de una Beca de Formación del Personal Investigador de la Universidad de Cádiz. Financiado de tal forma y bajo la codirección de los citados doctores, se inició en 2009 el estudio que aquí se presenta. En este contexto académico, el Seminario Agustín de Horozco ha sido el ámbito principal de actuación en tanto que espacio de colaboración dotado del soporte técnico necesario. Como se puede considerar propio de un trabajo de investigación que se inserta a su vez en un proceso de formación, los objetivos se han ido adaptando a las vías de actuación que se han visto como factibles en cada momento. No obstante y en esencia, la línea fundamental mantenida consiste en avanzar hacia una mejor comprensión de la colonización romana, primando su vertiente espacial. Abordar la complejidad de este objetivo principal ha supuesto la adopción de estrategias que han generado a su vez una serie de metas secundarias. La primera de ellas ha sido la elaboración de un marco conceptual. Éste debe esbozar ciertos fundamentos de la apreciación del espacio y los desplazamientos por las sociedades antiguas del Mediterráneo y de su lectura historiográfica, especialmente en lo relativo al periodo romano y a las fórmulas propias de la colonización. Un segundo aspecto a tratar fue el desarrollo diacrónico del fenómeno, progresivamente centrado en el periodo cesaroaugusteo. Paralelamente, conforme se abordaban los distintos modelos, el marco geográfico de los hechos referidos se extendía desde la Península Itálica hacia las provincias del creciente imperio. No obstante, también se ha seguido una tendencia que priorizaba el análisis de casos hispanos y, particularmente, de los béticos. En tercer lugar, para descender desde las perspectivas más abstractas y aplicar los conocimientos inferidos a la manifestación de fenómenos y hechos singulares, se propuso el análisis de algún caso específico y abarcable dentro de los límites potenciales de la investigación. El estudio de la colonia Hasta Regia en su contexto histórico y espacial fue la elección tomada. Los motivos principales para tal resolución fueron la familiaridad alcanzada con dicho objeto de análisis en el trabajo de investigación precedente, la proximidad de su ubicación, que facilitaba el trabajo de campo, y la previa ausencia de visiones detalladas del conjunto de datos que se presenta en esta obra. El interés historiográfico por la transmisión de perspectivas espaciales a las lecturas históricas tiene una larga tradición de la que se dará cuenta más adelante. Aunque la investigación muestra ciertas carencias, los potenciales son también considerables. En efecto, no es sino sobre escenarios amplios que condicionan la acción donde tienen lugar los hechos y se consuman los proyectos y los modos de vida humanos. Aislar uno de estos escenarios resulta complejo pero los territoria se muestran sugerentes como unidades interpretativas. Al menos en una vertiente teórica, habrían de mostrar cierta coherencia económica que permitiera el mantenimiento de la comunidad residente, con unas estrategias de ocupación habitacional y explotación de los recursos que, dentro de ciertos patrones, se adaptaran a los condicionantes del terreno. Claro exponente de ello sería la colonia romana, cuyo estatuto dependería de la adecuación a ciertos cánones que forzarían una implantación territorial más homogénea que la del resto de ciudades. Las carencias historiográficas vienen marcadas por las dificultades inherentes a la descripción de realidades complejas a partir de las generalidades y datos puntuales ofrecidos por las fuentes, principalmente las literarias y arqueológicas. La concentración de estructuras susceptibles de tratamiento arqueológico ha focalizado la atención en grandes yacimientos, fundamentalmente los de carácter urbano. Los datos referentes a los agri son dispares y tanto más difíciles de comprender por su dispersión. Requieren por tanto un esfuerzo de sistematización que en escasas ocasiones ha gozado de la continuidad merecida. Entre los potenciales para el desarrollo de nuevos conocimientos se encuentran los precedentes de una literatura técnica latina que cuenta con el debido soporte historiográfico para el manejo de sus contenidos. Al marco explicativo generalista que se ha inferido se contrapone el creciente peso de las tecnologías de la información y la comunicación. De tal forma, los datos no son sólo más accesibles sino que también resulta más fácil adquirir otros nuevos y gestionarlos de forma detallada. En este sentido, se alude a la incorporación de los Sistemas de Información Geográfica como soporte de la investigación. Metodológicamente, debe reseñarse la exploración bibliográfica a través de los catálogos interbibliotecarios, bien fuera desde la Universidad de Cádiz o desde las distintas instituciones de acogida durante las estancias llevadas a cabo en Besançon, Montpellier y Burdeos. No en vano, el peso que la historiografía francesa ha tenido en este trabajo es destacable no sólo por su tradición en los estudios territoriales sino también por las obras que han abordado cuestiones relativas a la paleogeografía, las vías de comunicación y la implantación rural en la Bética. La necesidad de refutar y afianzar los conocimientos extraídos conllevó además la recopilación de las citas clásicas oportunas, algunas de las cuales, las más significativas, se han sintetizado o reproducido en el texto elaborado. Las notas a pie de página se han agrupado en la medida de lo posible para propiciar una lectura más fluida. No obstante, se ha procurado una fácil identificación de la procedencia de cada dato en la redacción del cuerpo de texto. Las abreviaturas empleadas en ellas se han extraído de las propias ediciones o de los listados dispuestos a tal efecto por L¿Année Philologique. En cualquier caso, los títulos de las revistas consultadas aparecen desarrollados en el apartado bibliográfico, al igual que el resto de referencias. Para las obras y autores clásicos y ciertas publicaciones epigráficas se ha recurrido a los repertorios ofrecidos por los pertinentes diccionarios griego y latino . Los índices constituyen una herramienta para la búsqueda de referencias con la que también se ha querido ofrecer un recurso al lector de esta obra. La compartimentación temática de los mismos responde a la diversidad de contenidos en sus vertientes conceptual, documental, geográfica e histórica. Además se debe especificar que dentro de cada uno de los apartados generados se han creado grupos formales que anticipan la naturaleza del término o topónimo, mientras que su especificidad radica en el núcleo de la locución. Por ejemplo, la forma ager precede y agrupa una serie de núcleos terminológicos como son arcifinalis, colonicus, compascuus, etc. Esta configuración de los índices es conveniente para el tratamiento de algunos topónimos en especial, pues muestran múltiples núcleos, por ejemplo: Cañada de Arcos a Sevilla por Las Peñas. Además, de manera complementaria, los grupos pueden ilustrar la variedad de casos aludidos dentro de un mismo tipo formal a lo largo de la obra. Así pueden observarse distintas fórmulas ofrecidas por las fuentes, como ager datus et adsignatus o ager diuisus et adsignatus, o el elenco de arroyos, caminos, cañadas u otros elementos que se han utilizado para enmarcar el caso hastense. Finalmente, la crítica cartográfica ha sido fundamental. Partiendo frecuentemente de la documentación impresa, cotejando los mapas representados con los catálogos que les sirven de base, se ha procurado una georreferenciación lo más precisa posible de las entidades requeridas. No obstante y con frecuencia, los datos procedentes de autores diversos se prestan a confusión, bien porque se repitan con modificaciones sustanciales o bien porque su adaptación a un Sistema de Información Geográfica plantea dudas en cuanto a la exactitud de los hallazgos. La acumulación de metadatos y aplicación de diferentes bases cartográficas ha permitido la detección de fallos y la implementación de la información disponible. Sin embargo, pese a las salidas gráficas proporcionadas, el soporte virtual de los datos constituye en sí mismo una herramienta de gran versatilidad que todavía se escapa a muchas de sus potenciales aplicaciones. La formación disciplinaria y la difusión de los resultados en este campo están abocadas a múltiples retos que en parte han querido ser afrontados desde estas páginas. En cuanto a los contenidos de esta obra, en el primer capítulo se ha creado un marco que responde a la perspectiva territorial de la problemática histórica abordada. Se ha dividido en tres apartados que se corresponden con las disciplinas que desde la Antigüedad tratan la ordenación del espacio con especial dedicación al empleo de la tierra: Geografía, Agrimensura y Agronomía. Estos ámbitos de actuación se retomarán en la historiografía partiendo del interés decimonónico por asentar las bases del Estado-Nación y la propiedad. Aquí su propia ordenación responderá a las diversas escalas, de mayor a menor, en las que puede procederse para la comprensión sistemática y global de la gestión del espacio. La Geografía grecorromana se observa como el resultado de un proceso evolutivo del que los propios textos son muestra, identificando diversas fases e intereses. La perspectiva agrimensoria parte de la fragmentación y complejidad de unos textos cuya interpretación conjunta ha sido objeto de numerosos esfuerzos, especialmente los dedicados por la escuela de Besançon a la interpretación de las centuriaciones. Historiográficamente se tratarán la disyuntiva conceptual entre ¿territorio¿ y ¿paisaje¿ y unos progresivos aportes metodológicos que no pudieron evitar la incidencia de una crisis en este tipo de estudios. Esta situación y sus perspectivas de resolución se han ejemplificado en la investigación de los casos coloniales hispanos de Emerita y Tarraco, así como en los béticos de Corduba y Astigi. En último lugar, se han definido ciertos aspectos de la propiedad y la explotación de la tierra así como los rasgos esenciales de la ciencia agronómica en la Antigüedad. Se han destacado temas tradicionales, hitos historiográficos, el reciente abordaje de la ganadería y la situación de los estudios hispanos. El segundo capítulo se estructura en tres bloques que ofrecen perspectivas de la colonización a diversas escalas espaciales y temporales. La configuración interna de cada uno de ellos pasa de los aspectos conceptuales a los históricos e historiográficos para terminar con una reflexión sobre los contenidos tratados. El primer bloque temático da cuenta de ciertos aspectos de la colonización en su máxima extensión histórica. En lo terminológico se aborda la etimología y el léxico relacionado en latín y otras lenguas actuales, fundamentalmente el castellano. Se ofrece también una síntesis del debate entre M.I. Finley y E. Lepore, de la perspectiva marxista y de la Arqueología del colonialismo, entre otras miradas de conjunto obtenidas de encuentros especializados o centradas en el mundo griego antiguo. Finalmente, se exponen una propuesta de superación del historicismo y un análisis de causas y consecuencias. La perspectiva exclusivamente romana se toma de diversos autores elaborando al tiempo una secuencia evolutiva. Entre tales escritores antiguos se encuentran Cicerón, Sículo Flaco, Higinio Gromático, Tácito, Aulo Gelio, Mauro Servio e Isidoro de Sevilla. El discurso diacrónico subsiguiente recoge precedentes y paralelos como el uer sacrum, la traductio, la colonización viritana y las priscae coloniae Latinae. Por su parte, la fórmula itálica de la colonia maritima se aplica con distinta intensidad entre el 338 y el 184-180 a.C. Supone la implantación de pequeños asentamientos en los límites costeros del ager Romanus con una finalidad defensiva y una interpretación económica que deja lugar a ciertas incógnitas. El modelo de la colonia Latina tendrá una mayor pervivencia y extensión, si bien sufriendo sus propias crisis y modificaciones. Implica el establecimiento de una segunda barrera defensiva y la regulación cívica de importantes núcleos de población itálica junto a los amplios territoria consecuentes. Combinando rasgos de los modelos anteriores emerge la colonia de derecho romano en torno al 184-180 a.C., aplicándose desigualmente en los restantes años del periodo republicano y acogiendo iniciativas como la graquiana. En estos momentos las provincias comienzan a verse afectadas por una colonización que, al menos en el caso hispano, se ve sujeta a lecturas historiográficas que divergen sobre su extensión. Entre los asentamientos implicados cabe destacar Carteia, Corduba, Valentia, Palma, Pollentia, Metellinum, Saguntum y Carthago Noua. Dejando para un análisis más detenido el proceso cesaroaugusteo, se esbozan los rasgos generales de una colonización imperial, de carácter fundamentalmente honorífico, que busca cierto prestigio para las comunidades implicadas y sus fundadores. Ilustran el modelo los ejemplos de Gades, Clunia, Flauiobriga, Italica y Dertosa entre otros. La vertiente cesaroaugustea se enfoca hacia una serie de párametros, condicionantes legales, fases y lecturas históricas. Entre los primeros se consideran ciertas fuentes de información, rasgos exteriorizados y componentes internos; desde los elementos asociables a la deductio hasta otros que podrían corresponder a la evolución política y comunitaria de las fundaciones, en aras de una secuenciación diferencial de los enclaves. El marco legal parte de las confrontaciones tardorrepublicanas de optimates y populares para continuar con las intervenciones cesarianas sobre suelo itálico, las tomas de poder triunvirales y las resoluciones augusteas. Se presta especial atención a la influencia del conflicto civil en Hispania, con la derrota del bando pompeyano, y sobre territorio itálico, siguiendo el activo papel de colonos y colectivos desplazados en la renovación de las contiendas. La fase augustea está sujeta particularmente a consideraciones cuantitativas y agrimensorias, así como a las proyecciones sobre la reorganización provincial. Finalmente, se ha procurado argumentar estructurada y analíticamente las causas y consecuencias de dichas actuaciones. También se han planteado algunas hipótesis sobre los roles estratégicos de entidades tales como Emerita y Zilil, a la luz del caso de Augusta Praetoria. Igualmente, la configuración estatutaria de las comunidades, partiendo de casos como los de Vtica o Emporiae, ha sido objeto de una reflexión ilustrada por la relación entre Betis e Hispalis. El tercer capítulo, dedicado al caso de estudio de Hasta Regia, se encabeza con un comentario sobre las múltiples conexiones con las temáticas tratadas en cada uno de los apartados precedentes. Seguidamente, la exposición diacrónica de las fuentes para el conocimiento de la ciudad antigua, particularmente la romana, da pie a la valoración de ciertos parámetros de la colonización cesaroaugustea aplicados a la resolución de una problemática más concreta. Algunos testimonios específicos de este caso se añaden a las descripciones geográficas para caracterizar la región. Como ejes vertebradores del discurso se toman a continuación las vías de comunicación. Las navegables fueron los derroteros costeros desde el Estrecho de Gibraltar, la Bahía de Cádiz y los esteros y canales del lacus Ligustinus. La uia militaris Augusta, la uia Asido-Hispalis y otras secundarias pueden haber sobrevivido parcialmente como caminos y cañadas. Todas ellas son tratadas aquí de la forma más precisa posible para aumentar la fiabilidad de las reconstrucciones. El marco espacial generado de tal forma, jalonado por barreras geográficas y entidades cívicas, se rellena con una panorámica del registro arqueológico de la ocupación rural. Este recurso, insuficiente y desigualmente abordado por la investigación precedente, conlleva el reto de la sistematización de una gran cantidad de información fragmentaria y dispersa. Como solución se avanza la metodología empleada para su organización mediante un SIG, dotada de su propio aparato crítico. Las particularidades de este conjunto también dan ocasión al tratamiento de problemas paleogeográficos derivados de la colmatación de antiguos esteros o la formación de campos de dunas. La consideración del área de influencia hastense está sometida a su propia conceptualización, dado que es necesario definir con propiedad los objetos de análisis y así adecuarlos a los potenciales epistemológicos de cada estudio. Con todo ello, también se han explorado los recursos habituales aplicados a la determinación aproximada de los confinia, en la noción jurídica de territorium. Entre estos últimos destaca especialmente la identificación de las cecas tardorrepublicanas periféricas. El establecimiento hipotético de una centuriación también se ha sometido a consideraciones de corte territorial, dando cabida a varios modelos. El Bronce de Bonanza se ha interpretado en función de sus referencias agrimensorias y toponímicas como indicio de la instalación de una pertica. Este hecho se ha visto como factible en tanto que se ha delimitado su extensión sobre el área de estudio. Seguidamente se tratan las producciones del entorno como elementos susceptibles de interés y apropiación para la comunidad hastense o sus vecinas, al tiempo que posibles causas o consecuencias de la colonización romana. Divididas en agrícolas o ganaderas fundamentalmente, su análisis se acompaña de alusiones a otros recursos económicos y factores como la comercialización. Entre los cultivos destacan la vid, el olivo y quizás ciertas explotaciones forestales, especificándose algunas pautas de corte ambiental extraídas de la documentación histórica de las cubiertas vegetales. De las cabañas ganaderas se habla en relación a la movilidad a diferentes escalas, fraguando relaciones intercomunitarias y siendo causa potencial de algunas discontinuidades territoriales así como de parte de la red interna de comunicaciones, concretamente de las cañadas. Bóvidos y ovinos aprovecharían ciertos espacios extensos, como los marismeños, o serían criados intensiva y especulativamente. Finalmente, la multiplicidad de fuentes extraídas diacrónicamente, los paralelos con otras partes del Imperio Romano y la lectura regresiva de los paisajes permiten perfilar una semblanza del territorio colonial hastense en su cambiante contexto histórico-geográfico, dando cabida a la variedad de escenarios posibles.