Conflicto y cooperación en las relaciones hispano-marroquíes desde 1956

  1. Iglesias Onofrio, Marcela
Dirigida por:
  1. Julio Pérez Serrano Director

Universidad de defensa: Universidad de Cádiz

Fecha de defensa: 16 de septiembre de 2009

Tribunal:
  1. Salustiano del Campo Urbano Presidente/a
  2. Joaquín María Piñeiro Blanca Secretario
  3. Ricardo Martín de la Guardia Vocal
  4. José Manuel Cuenca Toribio Vocal
  5. Antonio Javier Martín Castellanos Vocal
Departamento:
  1. Historia Moderna, Contemporánea, de América y del Arte

Tipo: Tesis

Teseo: 278706 DIALNET

Resumen

Desde la independencia del Reino de Marruecos en 1956, las relaciones con el Reino de España han oscilado de forma pendular entre los extremos del conflicto y la cooperación en los más diversos asuntos de su agenda bilateral. Algunos de los puntos más conflictivos llevan más de cuatro décadas pendientes de una resolución amistosa y definitiva; es el caso de las demandas territoriales marroquíes sobre las ciudades españolas de Ceuta y Melilla y las islas y peñones próximos a sus costas, y las disputas sobre la jurisdicción de las aguas y espacios marinos en el área del Estrecho de Gibraltar y en las islas Canarias. Si bien España y Marruecos han mantenido relaciones bilaterales de vecindad frecuentes, es a partir de la democratización española y más específicamente a partir de la década de los 90 cuando la relación con Marruecos se convierte en un tema prioritario de la política exterior de España. En este sentido, tanto el estímulo de las relaciones comerciales como de la cooperación al desarrollo hacia Marruecos ha tenido como meta la creación de una red de interdependencia que asegurase la estabilidad y seguridad en la región y previniese potenciales conflictos bilaterales. A pesar del entusiasmo puesto en la política del 'colchón de intereses recíprocos', España y Marruecos iniciaban el siglo XXI con la mayor crisis bilateral de sus relaciones como Estados vecinos, sólo comparable a la Marcha Verde de 1975. El conflicto del Perejil desatado en julio de 2002 abrigó una crisis que sacó a relucir todos los temas de la agenda hispano-marroquí: la pesca, la inmigración, la agricultura, la jurisdicción de las aguas, Ceuta y Melilla, el Sáhara Occidental. El punto máximo de tensión en torno a la disputa por la soberanía del islote condujo al uso de la fuerza militar, lo cual dio cuenta del escaso valor otorgado por ambos países al Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación, firmado en 1991 y ratificado en 1993, que invoca el arreglo pacífico de las controversias. El colchón de intereses recíprocos creado con el fin de amortiguar y prevenir las posibles tensiones y conflictos bilaterales fue puesto a prueba con resultados más que insatisfactorios. Las causas y las consecuencias de dicha crisis obedecen a una serie de factores internos e internacionales que se han venido conjugando desde 1956 en el diseño de la política exterior de ambos países. Cabe destacar que este conflicto se articuló dentro de las leyes clásicas no escritas de la diplomacia de 'cuanto peor, mejor', dando lugar a una reestructuración de las bases en las que se desarrollarían las relaciones hispano-marroquíes a partir del siglo XXI. La incorporación de España al bloque regional europeo en 1986 provocó un cambio sustancial en los procesos de negociación de ciertos temas difíciles de la agenda bilateral hispano-marroquí. Por ejemplo, cuestiones como la pesca y los intercambios comerciales, y más tarde la lucha contra el terrorismo y la inmigración ilegal, pasaron a manos de la diplomacia multilateral, si bien no llegaron a desconectarse del todo del accionar de los propios Estados. Dependiendo de los márgenes de maniobra relativos y de sus recursos de poder, cada país ha definido sus objetivos de política exterior en la zona, obteniendo diferentes réditos de su interacción con sus vecinos y con la Unión Europea. El objetivo general de esta investigación es detectar los temas de conflicto y cooperación entre España y Marruecos durante medio siglo de relación bilateral desde la perspectiva sistémica de las relaciones internacionales. La investigación apunta a evaluar qué grado de cooperación ha existido y existe para cada uno de los problemas detectados, comprender cómo se ha ido conformando la agenda bilateral en función de los intereses prioritarios de la política exterior de ambos países, y determinar si ha habido o no continuidad en el establecimiento de los principales temas de negociación. Asimismo, se analizan las causas por las cuales persisten ciertos conflictos estructurales y los factores que han propiciado la cooperación en 'nuevos' temas que han pasado a ser centrales en la agenda hispano-marroquí como así también en la agenda Unión Europea-Marruecos. Esta tesis verifica que España y Marruecos han convertido los temas conflictivos en constantes de sus relaciones bilaterales como estrategia para alcanzar y ejercer el rol de potencia regional en sus respectivos subsistemas regionales, Unión Europea y Magreb. No obstante, a partir de la última década los dos países acuden a una estrategia tácita de acercamiento y cooperación en el marco de las relaciones euro-mediterráneas con el mismo fin. Asimismo, a pesar de la retórica de la interdependencia y del deseo de entendimiento mutuo basado en los lazos históricos y culturales, la asimetría predomina en la relación. Tanto España como Marruecos realizan una manipulación de la interdependencia asimétrica recurriendo a la interdependencia de sensibilidad y vulnerabilidad en la negociación por área de cuestiones.