La autonomia en Madeira (Portugal)definición, origenes, evolución y desafios

Resumen

La Autonomía de Madeira se considera, mayoritariamente, uno de los fenómenos políticos más relevantes y con más interés de la historia de la joven democracia portuguesa. Fraguada a raíz de la Revolución de Abril de 1974 y jurídicamente consagrada en el texto constitucional de 1976, la Autonomía de Madeira supone, en su expresión más pura, la afirmación del legítimo deseo de un pueblo de edificar una estructura institucional de autogobierno que, teniendo como límite máximo el Principio de Unidad Nacional, le conceda el poder de decisión sobre los asuntos que son fundamentales para su crecimiento y para la construcción de Portugal en el contexto del Atlántico. Pese a ser cronológicamente reciente, el proceso autonómico de Madeira posee raíces profundas que se remontan al hallazgo de las islas en 1418 y al subsiguiente proceso de asentamiento. Realizado en pleno siglo XV, el establecimiento de colonos en las islas recién descubiertas creó la necesidad de un enfoque de gobierno innovador, debidamente adaptado a la nueva realidad socioeconómica insular. La eficacia del modelo desarrollado en aquel entonces sirvió como ejemplo para otros territorios insulares colonizados, incluso bajo la administración de otras potencias europeas, y hasta llegó a influir en la colonización portuguesa de Brasil. A pesar de sus orígenes históricos, de la importancia política y de la innegable contribución que ha supuesto para el desarrollo y la afirmación internacional de Madeira y, por tanto, de Portugal, la Autonomía es un tema que no ha recibido de la comunidad académica portuguesa la atención y la consideración que le corresponden. Muy por el contrario, como se indicará a continuación, la Autonomía de Madeira aún se encara con gran densidad intelectual y es incluso erróneamente equiparada - en varios círculos sociales, políticos y académicos- a una manifestación de separatismo, una caracterización que es socialmente inconsecuente, políticamente injusta e intelectualmente inútil. Para contrarrestar esta tendencia es necesario dar un nuevo enfoque al tema de la Autonomía de Madeira que identifique los orígenes del pensamiento autonómico, desarrolle una definición del concepto de ‘Autonomía’ que sea adecuada para lograr una mejor percepción de la realidad política de aquel archipiélago, de las aportaciones que la Autonomía ha llevado a cabo para el desarrollo de Madeira, de los factores que todavía condicionan la profundización de una Autonomía más encuadrada en los legítimos intereses de los madeirenses y de los caminos que hay que recorrer para reforzar los cimientos de la Autonomía, fortaleciendo su capacidad de respuesta a los intereses de los madeirenses y a una afirmación creciente de Portugal en el competitivo entorno internacional. Este estudio intenta ser un paso en esa dirección, así como contribuir al desarrollo de un saber más cohesivo, más verídico y más provechoso sobre el proceso autonómico madeirense. Confiamos que esto ayude a romper el aura de densidad intelectual que aún envuelve las discusiones sobre la Autonomía de Madeira, así como a colaborar para el progreso en un área que ha sido menos privilegiada por los investigadores nacionales.