Los desvíos de la razónel lugar que ocupa la facticidad en la cadena de justificaciones

  1. LAERA, RODRIGO FABIAN
Dirigida por:
  1. Manuel Cruz Rodríguez Director/a

Universidad de defensa: Universitat de Barcelona

Fecha de defensa: 26 de enero de 2009

Tribunal:
  1. Ángel Gabilondo Presidente/a
  2. Antonio Aguilera Pedrosa Secretario/a
  3. Josefina Birulés Bertrán Vocal
  4. Vicente Sanfélix Vocal
  5. Francisco Vázquez García Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 275674 DIALNET

Resumen

A veces se piensa en dar razones para explicar por qué sucede lo que sucede, pero a veces también se las da para justificar lo que hacemos, por qué obramos de tal o cual manera. Estas son dos acepciones distintas que se encuentran entrelazadas. Ambas se circunscriben a lo que conocemos como teoría; en la primera acepción, la condición de raciona! que atribuimos a un enunciado alude a la explicación del fenómeno mediante un procedimiento que es conjuntamente aceptado por una comunidad determinada; en la segunda, dar razones tiene que ver con el contexto de justificación de las acciones, presuponiendo que hay cierta responsabilidad en ellas, lo que se conoce con el nombre kantiano de "razón práctica". El presente trabajo se enmarca dentro de estas dos cuestiones, cuyos problemas se hallan asentados en diversas áreas de investigación: la incertidumbre de cuáles son los limites de la justificación y el de dónde finaliza nuestra capacidad para fundamentar enunciados, tanto especulativos como prácticos. Las preguntas de las que generalmente nos ocuparemos son las siguientes: ¿en qué consiste apelar a la razón como criterio de decisión entre lo que es verdadero o falso, correcto o incorrecto, valioso o carente de valor? ¿Hay alguna autoridad universal, que no sea ni circunstancial ni completamente subjetiva, que opere como mecanismo de justificación para legitimar nuestras decisiones? O bien: ¿cómo un conjunto de categorías lingüísticas pertenecientes a seres eventuales como nosotros pueden convertirse en objetivas o intersubjetivas? Es decir, ¿de qué modo nos ejercitamos con esas categorías cuya meta es perpetuar nuestra contingencia como miembros de una comunidad? En este escrito, las ideas que animarán una respuesta a tales interrogantes son, a grandes rasgos, que la fiabilidad de la cadena de justificaciones es reiteradamente irracional y que la naturaleza de los conceptos depende de la función que desempeñan en el intercambio lingüístico al garantizar cierta estabilidad en nuestro trato con el mundo circundante, abriendo una dicotomía entre la cotidianidad y lo extraordinario.