La estructura de sentimiento y la dramatología aplicadas al teatro colombiano en el umbral del siglo XXI(acercamiento a diez casos en cinco dramaturgos)
- Vera Guerrero, Manuela
- José Luis García Barrientos Director/a
Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid
Fecha de defensa: 17 de junio de 2015
- Antonio López Fonseca Presidente/a
- Emilio Peral Vega Secretario/a
- Abraham Madroñal Durán Vocal
- Angel Martínez Roger Vocal
- Concepción Reverte Bernal Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Esta investigación revisa el teatro colombiano a partir de diez obras. Estás son: Se necesita gente con deseos de progresar y El mediumuerto: tragicomedia milenarista de José Domingo Garzón; Club suicida busca Parodia de la fatalidad en un acto y Purgatorio express. Parábola de la bondad en nueve cuadros y un epílogo de Pedro Miguel Rozo; Mosca y Sara dice de Fabio Rubiano; Pasajeras y Magnolia perdida en sueños de Ana María Vallejo; Y por último, Segundos y Gallina y el otro de Carolina Vivas. Debido a que los análisis son realizados bajo la luz de tres subcategorías: lo carnavalesco, lo épico y lo absurdo, se recapitulan los orígenes de cada una y, por su magnitud, se destacan solo los aspectos que de ellas se emplean en el corpus. De tal manera, las imágenes del cuerpo grotesco y El loco festivo dan cuenta de lo carnavalesco; la identificación y el extrañamiento junto con lo narrativo y lo dramático dan cuenta de lo épico. Y, la situación estática o el inútil acto de la espera y la desfamilarización de la realidad dramática o la automatización serán los términos que representan a lo absurdo. Sin embargo, la categoría principal es la estructura de sentimiento, noción configurada por Raymond Williams que permite articular los diferentes trayectos de esta tesis y con la cual se pueden entender las tres subcategorías, ya mencionadas, aunque también otros fenómenos. Es notable que lo carnavalesco cuya antigüedad se remonta a la Edad Media y al Renacimiento, así como lo épico y lo absurdo, que emergieron en la primera mitad del siglo XX, se manifiestan en el teatro de hoy. Pero no permanecen intactas, sino que se transforman gracias a las nuevas vivencias históricas y a las apropiaciones, interpretaciones y usos a los que son sometidas. Según este estudio, en el teatro colombiano del siglo XXI se mezclan estas formas socializadas con los imaginarios de una generación de dramaturgos que trabaja con intereses propios, orientando de esta manera sus búsquedas, percepciones y experiencias personales. No obstante, hay conexiones entre los autores que, a pesar de trabajar de una manera independiente, participan de un contexto común. Por tanto, la relación entre las obras no solo es posible sino que se configura a partir de una percepción ligada al contexto, desde luego pesimista y asfixiante, dada la situación actual del país. Temáticamente el teatro colombiano está profundamente influido y permeado por los acontecimientos de violencia. Las obras señalan que el entorno está descompuesto. Mientras que, lo carnavalesco, lo épico y lo absurdo expresan y critican las dificultades económicas y sociales. Lo curioso es que tales subcategorías aparecen en la mayoría de obras al mismo tiempo, siendo los grados de intensidad lo que varía de una pieza a otra y de un autor a otro. Dicha mixtura produce un nuevo sentido, otro tono que proporciona un teatro particular. Con la intención de permanecer en el ámbito de la objetividad, la metodología empleada desempeña un rol fundamental. La dramatología, argumentada por José Luis García Barrientos, se aplica a los diez análisis por haber comprobado su coherencia y eficacia. Finalmente, antes de diseccionar las obras hay un sondeo por el discurso oficial de la historia del teatro colombiano. Y se destaca el efecto que ha ejercido la idea de lo hegemónico: la ausencia de una mirada crítica en relación a esa historia, y con ella, el abandono a un examen que separe las anécdotas personales y las miradas subjetivas, de los procesos y las cualidades de los productos. Desde el panorama histórico hasta la exploración de las diez obras, de las gestas ocurridas en el pasado, hasta la ficción dramática contemporánea, se vislumbra que en las obras de teatro, queda plasmada, como una interesante evidencia de los tiempos, la percepción y la mentalidad de una época.