Los reges aragonum en los aragonensium rerum commentarii de Jerónimo de Blancasestudio introductorio, edición crítica, traducción, notas e índices

  1. Ramos Pérez, Miguel Daniel
Dirigida por:
  1. Manuel Antonio Díaz Gito Codirector
  2. José María Maestre Maestre Codirector

Universidad de defensa: Universidad de Cádiz

Fecha de defensa: 20 de octubre de 2015

Tribunal:
  1. Francisca Moya del Baño Presidente/a
  2. Isabel Velázquez Soriano Secretario/a
  3. Jenaro Costas Rodríguez Vocal
Departamento:
  1. Filología Clásica (Griega y Latina)

Tipo: Tesis

Teseo: 394516 DIALNET

Resumen

Los principales contenidos y aportaciones de esta tesis doctoral pueden consignarse brevemente a partir de su propio título. Efectivamente, hemos realizado una traducción moderna de los Reges Aragonum, que es una amplia parte de la obra Aragonensium rerum commentarii (Comentarios de las cosas de Aragón), producción historiográfica de Jerónimo de Blancas y Tomás (c. 1540-1590), segundo cronista oficial del reino de Aragón. Hasta el momento, solamente existía una traducción de esta obra que databa del s. XIX. La amplia sección de la obra, objeto de nuestra tesis, aborda la historia de la monarquía aragonesa desde tiempos de Sancho I Abarca, que en realidad fue rey de Pamplona (los reyes de Navarra y de Aragón fueron objeto de constante conflicto de atribución entre los autores de ambas regiones desde la Baja Edad Media), hasta Felipe II (=Felipe I en la historia exclusiva de Aragón), el monarca reinante en la época del propio Jerónimo de Blancas, esto es la segunda mitad del s. XVI. También hemos acometido la exigente tarea de una edición crítica de esta sección de los Comentarios. No existía ninguna hasta el momento desde 1605, lo que nos ha obligado a partir de cero. Y, por supuesto, las únicas ediciones que se habían realizado, las de 1588 en Zaragoza y 1605 en Frankfurt, no eran ediciones críticas. La nuestra es, por tanto, la primera edición crítica de este importante texto, acompañada de un amplio aparato crítico, es decir, de un aparato crítico positivo que trata de acoger todas las variantes textuales que presenten un mínimo de interés. Para llevar a término esta labor, hemos confrontado las distintas versiones latinas de la obra que están disponibles hoy día (una de ellas, se encuentra extraviada, destruida o desaparecida actualmente, a pesar de nuestros denodados intentos de localizarla): el manuscrito 2194 de la biblioteca histórica de la Universidad de Salamanca; las citadas ediciones de 1588 y de 1605; las adiciones que el propio Blancas trató de incorporar de cara a una segunda edición propia que nunca se publicó debido a su muerte en 1590 (la de 1605 no fue obra de Blancas, sino de su amigo Schott, que no tuvo en cuenta dichas adiciones); y las diversas lecturas divergentes que poseemos del manuscrito desaparecido, que conocemos gracias a las notas al pie que el traductor Manuel Hernández introdujo en la citada versión castellana del s. XIX. Él sí pudo consultar dicho manuscrito, que hemos averiguado que perteneció a un coleccionista liberal de Sádaba llamado Marcial Lorbés de Aragón (fallecido en 1902). Sin embargo, aunque hemos localizado el testamento de este señor en Sos del Rey Católico, nada nos aportó en cuanto a su biblioteca, que probablemente pasó a heredar su esposa, pues el testamento fue conjunto. Además, hemos enriquecido nuestra traducción con la inserción de numerosas notas al pie de carácter historiográfico. Mediante este arsenal de datos, el futuro lector podrá comprobar la veracidad de los datos aportados por el autor. Jerónimo de Blancas fue cronista de evidentes tendencias pactistas y foralistas muy dado a reivindicar la autoridad del Justicia de Aragón frente al propio monarca español y a construir un relato con ribetes ficticios sobre las épocas más remotas e ignotas de la Alta Edad Media aragonesa, que le ofrecía un buen campo sobre el que edificar los cimientos de su ideología regionalista, católica y nobiliaria. Por lo demás, hemos acompañado todo este trabajo, que supone el armazón de nuestra tesis, de una amplia y detallada introducción a lo largo de la cual explicamos nuestros principales descubrimientos: el curioso viaje por distintos capítulos de la obra que tuvo que sufrir el pasaje más polémico de la misma, que versa sobre la limitación a la autoridad real que comportaba el cargo del juez medio o Justicia de Aragón desde el mítico reino de Sobrarbe (el pasaje en cuestión desapareció de la edición de 1588 y está tachado por la censura en el manuscrito de Salamanca, que data de 1584); las quejas que Blancas comunicó a sus amigos, sobre todo al jurista Antonio de Covarrubias, sobre el ensañamiento que, a su juicio, la censura y las autoridades habían tenido contra su obra; la fuerte interrelación entre los Comentarios de las cosas de Aragón y las Inscripciones a los retratos de los reyes de Aragón, obra esta última que hemos descubierto que es una copia de algunos fragmentos de los Comentarios, como el mismo Blancas le escribió a Felipe II en una carta latina que también extractamos en nuestra tesis; las principales fuentes latinas clásicas de Jerónimo de Blancas, entre las que descuella sin duda Cicerón, pues Blancas fue un prosista ciceroniano; la mismísima obra de los Comentarios de Blancas en español, obra que se creía perdida y que hemos localizado en la biblioteca de la Real Academia de la Historia de Madrid (hemos aportado también en notas las diferencias claves entre esta versión castellana y las posteriores versiones latinas, que son algo más oficialistas y amables para con la monarquía de Felipe II); un estudio caligráfico comparativo que demuestra que dicha obra en castellano fue escrita por el propio Blancas de puño y letra; nuestras averiguaciones sobre el manuscrito perdido, antes citado; el proceso de gestación de nuestra edición latina, incluyendo nuestras averiguaciones sobre la datación de cada una de las versiones (incluida la española), que son altamente satisfactorias y que nos permiten afirmar que la edición de la obra estuvo paralizada al menos cuatro años por la censura y por el conde de Chinchón, gran ministro de Felipe II para los asuntos de Aragón; el descubrimiento de una breve obra también latina cuya edición de 1587 estaba perdida (los Fastos de las Justicias de Aragón, que en principio iban a editarse junto con los Comentarios, de ahí que el primer título que Blancas pretendió darle a esta obra fuese Comentarios a los fastos de los Justicias de Aragón), la cual se halla en los primeros folios del mencionado manuscrito de Salamanca, etc. Por último, a fin de hacer más llevadera y manejable nuestra edición de la obra, le hemos añadido tres índices: onomástico, toponímico y temático.