Los Bárbaros en Amiano Marcelino

  1. GUZMAN ARMARIO, FRANCISCO JAVIER
Dirigée par:
  1. Francisco Javier Lomas Salmonte Directeur

Université de défendre: Universidad de Cádiz

Fecha de defensa: 24 juillet 2001

Jury:
  1. Francisco Javier Fernández Nieto President
  2. Manuel Angel Ferreiro López Secrétaire
  3. Luis A. García Moreno Rapporteur
  4. Ramón Teja Casuso Rapporteur
  5. Gonzalo Bravo Rapporteur
Département:
  1. Historia, Geografía y Filosofía

Type: Thèses

Teseo: 81135 DIALNET

Résumé

Amiano Marcelino, historiador latino del siglo IV originario de antioquía (Siria), escribió la última de las grandes "historias del imperio romano": las res gestae, En ella analiza la historia de Roma entre los años 96 y 378 D.C, pero los trece primeros libros se han perdido: de modo que sólo tenemos el relato de los años 353-378. Amiano Marcelino es un autor bastante preocupado con los problemas que el imperio experimenta en su época, y entre ellos el de la amenaza bárbara, no sólo por el peligro que suponían los feroces pueblos que vivían allende las fronteras del estado romano, sino también por la progresiva barbarización de la vida romana, sobre todo en lo que al ejército se refiere. En ese sentido, Amino es un literato tremedamente hostil al bárbaro, al cual tipifica como el enemigo por antonomasia de la civilización grecolatina, ser aberrante y destructor, polo opuesto de las virtudes del hombre mediterráneo, en la más pura línea de la etnografía clásica. Así, no son pocos los consejos que el escritor Sirio ofrece para que se rechace a las "Externae Gentes", proponiendo métodos que van desde la marginación hasta el exterminio. Sin embargo, una atenta lectura de la obra de Amiano descubre importantes contradicciones en su descripción de los bárbaros, sobre todo si se compara con otras fuentes literarias, ya de la época, y anteriores al antioqueño, y sobre todo si se contrasta con el registro arqueológico, entronces obtenemos una visión del bárbao totalmente distitna a la que percibimos en las res geste: los pueblos extraliminares no carecían de cierto grado de desarrollo y cierta complejidad política, no resultaban tan extraños al imperio romano, puesto que llevaban siglos conviviendo con él como vecinos y, sobre todo, no manifiestan uan voluntad de acabar con Roma, sino mas bien lo contrario, es decir, adoptar los usos y costumbres Romanos para integrarse dentro del podero estado mediteráneo, En