Expectativas académicas del alumnado que inicia estudios en la Universidad de Sevilla

  1. Besa Gutiérrez, Manuel Rafael de
Dirigida por:
  1. Alfonso Javier García González Director/a
  2. Javier Gil Flores Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Sevilla

Fecha de defensa: 25 de septiembre de 2020

Tribunal:
  1. Juan Antonio Morales Lozano Presidente/a
  2. Javier Rodríguez-Santero Secretario/a
  3. Alexandra Isabel Cabral da Silva Gomes Vocal
  4. Eva Sanz Arazuri Vocal
  5. Antonio García Guzmán Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 625074 DIALNET lock_openIdus editor

Resumen

Las expectativas académicas que desarrollan los estudiantes a su entrada a la universidad han sido identificadas como una variable importante, que interviene en el proceso de transición y adaptación al nuevo contexto académico de la Educación Superior (Araujo y Almeida, 2015). Se ha evidenciado el poder de las expectativas para condicionar las actitudes, comportamientos y motivaciones de los estudiantes, lo que afecta directamente a su implicación y permanencia en la universidad (Merhi, 2016; Sibrán, 2017). Son diferentes estudios los que se han centrado en el papel de las expectativas en la adaptación universitaria (Braxton, Vesper y Hossler, 1995; Marinho-Araújo et al., 2015; Soares et al., 2017). Estos estudios muestran una similitud en sus resultados, al mostrar que unas expectativas irreales al comienzo de los estudios universitarios pueden provocar un rechazo e insatisfacción del estudiante, condicionando su adaptación. Sin embargo, no todos los estudiantes presentan las mismas características y peculiaridades. En este sentido, nos enfrentamos a una creciente heterogeneidad del estudiantado, existiendo una representación importante de estudiantes denominados como no tradicionales. Este nuevo escenario que se presenta obliga a las instituciones universitarias a responder a las nuevas expectativas que presentan. Se han formulado cinco objetivos a través de los cuales se pretender profundizar en las expectativas académicas previas con las que acceden los estudiantes universitarios de nuevo ingreso. Un primer objetivo está enfocado a la descripción de las expectativas académicas de los estudiantes. Un segundo objetivo trata de determinar si existen diferencias en función de variables demográficas, género y área del conocimiento. El tercer objetivo se centra en analizar la relación del rendimiento académico previo de los estudiantes universitarios de nuevo ingreso con sus expectativas académicas. El cuarto objetivo valora en qué medida las expectativas académicas explican el rendimiento esperado por el estudiante. Por último, se analiza las expectativas de inicio de los estudiantes no tradicionales, se y determina si estas difieren de las que caracterizan al alumnado tradicional. Para abordar los objetivos planteados, se ha optado por una metodología mixta, a través de una estrategia de triangulación. En cuanto a los participantes, la muestra ha quedado constituida por 940 estudiantes de nuevo ingreso para el estudio a través del método de encuesta. Para la recogida de datos se ha utilizado la Escala de Expectativas académicas (CPA-E) elaborado por Almeida et al. (2012). Por otro lado, se han seleccionado seis estudiantes de nuevo ingreso para realizar las entrevistas semiestructuradas. Se ha elaborado un guion de entrevista en base a las dimensiones de expectativas académicas. Para ambas muestras se ha buscado la representativas de todas las áreas del conocimiento de la Universidad de Sevilla (ciencias sociales y jurídicas, ciencias, ciencias de la salud, arte y humanidades e ingeniería). En general, se presentan unas expectativas elevadas entre el estudiantado de nuevo ingreso, destacando aquellas que hacen alusión a la formación para el empleo y al desarrollo personal y social. Además se encontraron diferencias significativas en función del género del estudiante, siendo las mujeres las que presentan unas expectativas académicas más altas. Las mayores diferencias se muestran en las dimensiones implicación política y ciudadana, desarrollo personal y social, movilidad estudiantil y formación para el empleo y la carrera. Atendiendo al área de conocimiento donde se enmarca la titulación universitaria, también se encontraron diferencias significativas. Destacan las halladas en la dimensión sobre formación para el empleo y la carrera, siendo los estudiantes del área de artes y humanidades quienes poseen claramente expectativas más bajas si las comparamos con otras áreas del conocimiento, como ciencias sociales y jurídicas o ciencias de la salud. Otro de los resultados obtenidos muestra relaciones entre el rendimiento académico previo y la formación de expectativas académicas. En concreto, los estudiantes que accedieron al contexto universitario con unas calificaciones mayores tenderán a esperar complementar su formación, así como a participar en actividades lúdicas y recreativas fuera del horario académico, propiciando el desarrollo de relaciones interpersonales entre iguales. Con respecto al estudio predictivo, los resultados muestran que las expectativas académicas que hacen referencia a la calidad de la formación, el desarrollo personal y social, interacción social y movilidad estudiantil indican un papel significativo a la hora de explicar las expectativas de rendimiento académico con las que accede el alumnado universitario de nuevo ingreso. Por último, las expectativas del alumnado no tradicional son elevadas, aunque menores en comparación con los estudiantes tradicionales. Las principales diferencias afectan a las expectativas de no defraudar a las personas de su contexto inmediato, aprovechar oportunidades para una interacción social extracurricular y lograr una formación para el empleo. En base a los resultados, se recomienda el desarrollo de actuaciones orientadoras dirigidas al estudiantado de nuevo ingreso basadas en la mentoría entre iguales, que contribuyan a satisfacer las expectativas académicas al inicio de los estudios o a lograr su ajuste con la realidad académica, facilitando la adaptación de los diferentes perfiles de estudiantado al contexto universitario. Esta propuesta queda justificada por Teixeira, Castro y Zoltowiski (2012), quienes exponen que los estudiantes de nuevo ingreso valoran de forma positiva la ayuda de estudiantes experimentados de cursos superiores para conseguir una buena adaptación al contexto universitario. Se propone la asignación de un experimentado estudiante que realice funciones de mentor, con el propósito de ayudar a reducir la brecha entre las expectativas iniciales del estudiante y la realidad universitaria. De este modo, los mentores pueden servir de referencia para clarificar qué se puede esperar de la Educación Superior, y cómo afrontar las demandas a las que el estudiante habrá de responder. En relación al estudiantado no tradicional, los estudiantes mentores pueden atender a dificultades académicas derivadas de sus características inherentes. Asimismo, sería interesante el desarrollo de jornadas de convivencia y socialización que propicien el desarrollo de relaciones con los demás compañeros. De cara a atender a las expectativas de formación laboral, se propone el desarrollo de módulos formativos impartidos por estudiantes mentores egresados colaboradores, profesorado o especialistas en el mundo laboral que participen como invitados. Por último, se propone potenciar la participación de los estudiantes en la actividad investigadora. Para ello, se plantea llevar a cabo proyectos de iniciación e inmersión en la investigación. Este podría llevarse a cabo por estudiantes mentores con experiencia, principalmente procedentes de estudios de máster o doctorado, tutorizados por profesores o equipos de investigación. De esta manera, se puede fomentar la colaboración e implicación del alumnado en este tipo de actividades, que puedan complementar su formación universitaria.