Profesiones, ciclos vitales y trayectorias familiares entre la continuidad y la transformación (siglos XVII-XX)

Resumen

Hoy es prácticamente imposible no reconocer que estamos viviendo un tiempo de cambio; un periodo de profundas transformaciones, muchas veces desconcertantes, que no están sujetas a parámetros regulares ni previsibles. Pero la historia está repleta de momentos similares de cambio, que constituyen un objeto de indudable interés, aunque encierran enormes dificultades de investigación y explicación. Posiblemente, uno de los problemas principales sea responder a la pregunta ¿qué son los cambios?, y desde aquí surge todo un bucle de interrogantes: ¿Cómo se pueden definir? ¿Cómo se articular y desarrollan? ¿Cómo trascurren a lo largo del tiempo?. Durante mucho tiempo, este problema estuvo dominado por la disyuntiva estática-cambio, siendo considerado este último como la anomalía, como la irregularidad ante un devenir que se planteaba y pensaba en términos fijos. Las mutaciones eran la excepción ante la estabilidad de un orden social, político y económico de características esencialmente invariables. Pero ¿es el cambio la anomalía frente a la estática-estructura o es la estática la irregularidad frente al cambio? Esta retórica pregunta nos sirve para reconocer que desde hace años se ha desarrollado un enfoque, llamado “relacional”, que puede ser interesante. Esta perspectiva no entiende el cambio como un hecho dicotómico, en contraposición a la estática, como si ambas cuestiones fueran dos fuerzas en pugna, sino dos caras de una misma realidad que se retroalimentan dialogan, se definen en relación una con la otra.