Coincidences and Differences between the Latin and the Spanish Poems, Treatises and Epistles of Rudericus Carus (Rodrigo Caro)

  1. JOAQUÍN PASCUAL BAREA 1
  1. 1 Universidad de Cádiz
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    Universidad de Cádiz

    Cádiz, España

    ROR https://ror.org/04mxxkb11

Actas:
Acta Conventus Neo-Latini Cantabrigiensis : proceedings of the Eleventh International Congress of Neo-Latin Studies, Cambridge, 30 July-5 August 2000

Editorial: Arizona Center for Medieval and Renaissance Studies

ISBN: 0866983023 9780866983020

Año de publicación: 2003

Tipo: Aportación congreso

Resumen

Rodrigo Caro (1573 - 1647) compuso tratados eruditos tanto en castellano como en latín, y medio centenar de poemas en una y otra lengua. Esta condición de escritor bilingüe también afecta a su correspondencia y a sus informes oficiales de carácter jurídico y religioso. Del humanismo renacentista, Caro recoge sobre todo el entusiasmo por la arqueología, la historia antigua y el cultivo del latín. En las fiestas que tuvieron lugar en Sevilla por la beatificación de San Ignacio en 1610, y por la Inmaculada Concepción de la Virgen en 1616, Caro participó como poeta castellano primero y con una inscripción latina más tarde. En latín escribió algunos informes oficiales dirigidos al Vaticano, y mantuvo correspondencia con varios eruditos, práctica propia de una minoría que se siente parte de una república literaria latina que pretendía prolongar los hábitos del humanismo del Quinientos. El modelo de su prosa latina humanística , elegante y sencilla, es lo que uno de sus corresponsales llama “latín de flamenco”, capaz de adaptarse además a nuevas realidades. De sus tratados eruditos, escribe en latín un tratado sobre los Dioses antiguos de Hispania, y las notas a su edición de las supuestas historias de Dextro y otros autores, y a la parte hispana de la Geografía del Nubiense. En castellano compuso otros tratados sobre las antigüedades y sobre los varones insignes del arzobispado de Sevilla, y sobre los juegos infantiles en la Antigüedad y su pervivencia. Caro traduce o parafrasea en versos castellanos muchos de los poemas e inscripciones en latín que aduce en esos tratados, y también nos ofrecernos dos traducciones latinas en verso del proverbio “A quien Dios quiso bien, en Sevilla le dio de comer”. Sus poemas en latín y en romance, equiparables en número y extensión, comparten en muchos casos géneros literarios y temas, lo que explica las numerosas coincidencias, conexiones e influencias mutuas entre ellos. La más larga tradición literaria de la poesía latina permite rastrear el origen de la estructura, motivos e incluso algunas expresiones de las composiciones castellanas. También comparten una misma teoría literaria, lo que explica el empleo en ambos casos de arcaísmos, neologismos y un sinfín de procedimientos para lograr la necesaria elegancia del lenguaje poético.El poeta tiene conciencia de su condición bilingüe, y llegó a juntar algunas de sus poesías en un mismo “quaderno [...] de sus versos en romance y en latín”, cuya edición conjunta fue reclamada por Marcelino Menéndez Pelayo: en versos latinos y castellanos canta las ruinas antiguas y otros restos arqueológicos, que adquieren vida propia de una forma muy especial en la naenia de Cupido Pendulus, en la Canción a las ruinas de Itálica, y en el romance jocoso de La Membrilla. Este poema narra un episodio biográfico, como la epístola latina en dísticos elegíacos, dirigida igualmente a su amigo Juan de Robles. De contenido religioso son cuatro poemas en castellano y tres en latín. Otro género común es el de la laus urbis: el poema latino Baetis urbs sive Vtricula comparte unos mismos recursos, estructura y contenidos con las silvas castellanas a Sevilla, Carmona y Utrera, e incluso con la canción a Itálica y con algunos motivos de los versos 79-122 del romance Membrilla. Los quince elogios a personas pertenecen a los géneros del epigrama, el poema preliminar y a retratos, el epicedio, el epitafio y el cenotafio, todos ellos en latín, y en versos castellanos al soneto, la esparsa, la canción y la redondilla. En los dos poemas preliminares a una obra de Francisco Tamayo, Caro ofrece un poema en latín y otro en vernáculo con el mismo contenido: el soneto a Tamayo tiene la misma estructura del correspondiente epigrama latino, del que es una glosa y al que traduce hasta en el juego de palabras final. También es muy similar el contenido del dístico latino a Pancorvo y la correspondiente redondilla, producto de una especie de paráfrasis poética recíproca y simultánea. En este género de poemas resulta fundamental en ambas lenguas el concepto de agudeza, que alcanzó una especial relevancia en la poesía del siglo XVII, especialmente entre los jesuitas. Y es que es consciente de que la teoría literaria del epigrama latino resultaba válida para el soneto y otras estrofas de la versificación romance.En la obra de Caro pervive el latín como lengua internacional de cultura puesta al servicio de otros eruditos europeos, como lengua oficial de la Iglesia Católica en sus escritos dirigidos al Vaticano, como práctica humanista de entretenimiento en parte de su correspondencia erudita, y en algunos poemas en que esta lengua resultaba especialmente apropiada por el tema o finalidad, así como por el prestigio social que concedía su empleo. El uso de una y otra lengua en su obra en prosa y verso por parte de Caro se explica porque es un humanista esencialmente latino al que correspondió vivir en un tiempo en que ya primaba el castellano. En prosa prefiere la lengua vulgar en sus tratados biográficos e históricos, o sobre un asunto como los juegos con un ingrediente importante de folklore regional y que interesaban mayoritariamente a un público que no sabía latín; sólo emplea el latín en las obras que tenían además un interés fuera de las fronteras de España. En cuanto a sus poemas, reserva el latín para las composiciones de carácter funerario, pero emplea ya ambas lenguas en los elogios de ciudades y personas, y en la poesía de contenido biográfico, arqueológico y religioso, con lo que son muchas las coincidencias y relaciones de dependencia entre unos y otros, particularmente de los castellanos respecto de los latinos. La actitud de Caro hacia el latín y el castellano es un fiel reflejo de la situación de la Respublica litterarum en la España del siglo XVII respecto al uso del latín o el vernáculo.