Valoración de la encefalopatía alcohólica en adultos jóvenes

  1. Torre Lima, Javier de la
Dirigida per:
  1. Eduardo Zamora Madaria Director/a
  2. José María Rubio Rubio Director/a

Universitat de defensa: Universidad de Sevilla

Fecha de defensa: 22 de de novembre de 1996

Tribunal:
  1. Juan Ramón Zaragoza Rubira President/a
  2. A. Barba Chacón Secretari
  3. Guillermo Izquierdo Ayuso Vocal
  4. Francisco Trujillo Rodríguez Vocal
  5. Javier García Alegría Vocal

Tipus: Tesi

Teseo: 60703 DIALNET lock_openIdus editor

Resum

Existe una gran dificultad para definir conceptualmente el alcoholismo. El diagnóstico de las diversas entidades nosológicas se basa en criterios clínicos, fisiopatológicos, anatomopatológicos y por último etiológicos. El del alcoholismo siempre ha sido un problema partiendo de los criterios antes citados. Una de las razones aducidas para ello es que los diversos especialistas (internistas, psiquiatras, toxicólogos) tienden a contemplar, y por tanto a definir, el alcoholismo bajo diferentes puntos de vista. Dada la multiplicidad de factores que intervienen en el alcoholismo y la complejidad de su esfera patológica, que obliga ineludiblemente a abordarla desde múltiples perspectivas, resulta casi imposible dar una definición unitaria de alcoholismo. A pesar de todo lo dicho, era necesario concretar en que casos se puede realmente hablar de alcoholismo. En 1972, en Estados Unidos, el Consejo Nacional para el Alcoholismo y la Drogodependencias, publicó los "Criterios para el Diagnóstico del Alcoholismo", los cuales han sido posteriormente revisados en 1976. Recientemente este mismo organismo y la Sociedad Americana para las Toxicomanías crearon el "Comité Conjunto para el estudio de la Definición y los Criterios Diagnósticos del Alcoholismo". El resultado de este esfuerzo fue que dicho grupo, formado por 23 especialistas de distintas disciplinas, propuso una definición revisada de alcoholismo basada en conceptos actualmente válidos desde el punto de vista científico, clínicamente útiles y entendibles para el público en general. Además, se tuvo en cuenta el carácter heterogéneo del alcoholismo y las más recientes aportaciones de diversos campos como la genética y la sociología. Cito a continuación literalmente la definición. "El alcoholismo es una enfermedad crónica primaria en la que intervienen factores genéticos, psicosociales y ambientales que influyen en su desarrollo y manifestaciones. Es una enfermedad con frecuencia progresiva y fatal. Se caracteriza por una falta de control sobre la bebida, una obsesión por la droga alcohol, el consumo de alcohol a sabiendas de que es perjudicial y la aparición de distorsiones del pensamiento de las que la más notables es la negación. Estos síntomas pueden ser continuos o periódicos." En Esta definición, se incide principalmente en aspectos psicológicos y sociológicos. Carece, desde un punto de vista clínico-organicista, de sensibilidad y especificidad y no desciende al tema de la cuantificación del consumo de alcohol. De cualquier forma, y de acuerdo con la mayoría de los autores, el diagnóstico de alcoholismo se basa en un alto índice de sospecha más una combinación de clínica (historia, exploración y cuestionarios específicos) y pruebas de laboratorio (fundamentalmente determinación de gammaglutamil-transpeptidasa y volumen corpuscular medio). A pesar de todo lo anteriormente referido, el abuso de alcohol sigue siendo difícil de definir y el alcoholismo constituye un problema que no es fácil de identificar y tratar. Una vez concluida esta aproximación al concepto de alcoholismo, se trataran sus complicaciones neurológicas, las cuales constituyen un amplia, importante y devastadora parte de sus complicaciones médicas. Más enigmática es la gran variedad de estas complicaciones, las cuales virtualmente afectan a cualquier nivel del sistema nervioso (SN). Dejando aparte entidades como la encefalopatía de Wernicke (EW) y la Psicosis de Korsakoff (PK), que desde los años 50 se sabe que son consecuencia de deficiencias nutricionales, hace décadas que se ha sugerido que la ingesta excesiva de alcohol es patológica para el SN. Así, en 1966 ya se afirmaba por diversos autores, que el alcohol es directamente neurotóxico. Sin embargo, la confirmación científica de estas aseveraciones ha sido progresiva y fruto de un trabajo multidisciplinar. El desarrollo, relativamente reciente, de la neuropsicología, entendida como "la ciencia que se ocupa de las actividades mentales superiores en relación con las estructuras cerebrales que la sustentan, ha jugado un papel crucial en todo este proceso. La introducción de los test neuropsicológicos, más o menos sistematizados, a mediados del presente siglo, ha permitido delimitar la frecuencia y los aspectos cuantitativos de los déficit cognitivos observados. La neuropsicología posee un carácter multidisciplinario y está íntimamente relacionada con la neurología, neuroanatomía, neurofisiología, psicología y la lingüística. Sus aspectos clínico se fundamentan en el establecimiento de correlaciones anatomolesioanles con las alteraciones de las funciones nerviosas superiores, cada día mejor comprendidas merced al desarrollo de todas estas disciplinas. Si bien existe abundante literatura sobre la fisiopatología y manifestaciones de los efectos del alcohol sobre el SN, son escasos los trabajos publicados acerca del deterioro intelectual temprano u daño cerebral en sujetos alcohólicos jóvenes. A pesar de ello, son cada vez mayores las evidencias de un daño orgánico precoz en sujetos alcohólicos a nivel del SN. Durante la última década, y gracias al desarrollo de baterías neuropsicológicas más sensibles, diversos estudios han puesto de manifiesto una serie de alteraciones cognitivas en sujetos alcohólicos relativamente jóvenes sin criterios de PK. Ello se ha demostrado especialmente durante la desintoxicación y la abstinencia temprana, siendo los parámetros más afectados la memoria y el aprendizaje. La aparición, a finales de ña década de los 70, de la tomografía axial computarizada (TAC) ha conseguido demostrar de manera evidente el daño neurológico asociado al alcoholismo mediante la visualización de cambios en las dimensiones de ventrículos y surcos en sujetos alcohólicos. Desde entonces el gran avance de la neurorradiología, sobre todo gracias a la introducción de la resonancia magnética (RM), ha abierto nuevas perspectivas en este sentido, ya que su gran poder de resolución permite detectar y sistematizar pequeñas lesiones en el sistema nervioso, hasta ahora imposible "in vivo". Todos estos avances han permitido establecer correlaciones cada vez más aproximadas entre los hallazgos neurorradiológicos con las alteraciones cognitivas observadas en los sujetos alcohólicos mediante test neuropsicológicos. No se trata, sin embargo, de pretender resucitar una visión localizacionista de las actividades mentales superiores, ya que, como es sabido, dichas actividades son el resultado de sistemas funcionales complejos, zonas corticales y estructuras subcorticales, cada una de las cuales aporta su propia contribución al resultado final; pero sí es posible el estudio dinámico de la función alterada, en relación con la lesión anatómica o funcional de una zona del cerebro que participa en un determinado nivel de una función superior, así como las capacidades deterioradas secundariamente, ya que todo el sistema funcional que requiera el componente alterado estará afectado. Otro campo en el que se han producido importantes adelantos es en la neurofisiología, gracias fundamentalmente al estudio de los potenciales evocados, que se ha revelado como una técnica especialmente sensible para detectar daño neurológico precoz, merced a las alteraciones en la latencia de la onda P300. Todos estos avances suponen contar con herramientas de la primera línea para acercarnos al problema de las alteraciones neurológicas debidas al alcoholismo. El presente trabajo se propone detectar el daño neurológico en sujetos alcohólicos asintomáticos jóvenes, merced a la aplicación de RM craneal y baterías neuropsicológicas.