Juventud y mercado laboralla segregación ocupacional y sus consecuencias económicas

  1. Montero González, Bárbara
Dirigida por:
  1. José Antonio Camacho Ballesta Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 27 de septiembre de 2017

Tribunal:
  1. Andrés Jesús Marchante Mera Presidente/a
  2. José Luis Navarro Espigares Secretario/a
  3. Raquel Llorente Heras Vocal
  4. Daniel Coronado Guerrero Vocal
  5. Ana M. Muñoz Muñoz Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

Los estudios sobre juventud se centran, normalmente, en el problema del desempleo, ya que uno de los efectos que ha tenido la crisis sobre este grupo ha sido el de elevar sus cifras de paro a niveles históricos en gran parte del mundo. Dentro de la UE-28, que es la región que registra el mayor aumento de desempleo juvenil durante el periodo 2007-12, los únicos países que no vieron aumentar sus cifras de paro juvenil fueron Alemania, Austria y Bélgica; el resto, sufrieron incrementos que superan, en el caso de Grecia y España, los 20 puntos porcentuales. Esto demuestra que la juventud española se encuentra entre las más afectadas por la crisis en lo que a destrucción de empleo se refiere, lo que acarrea una serie de consecuencias negativas no solo a nivel social, sino también a nivel individual. Elevadas cifras de desempleo juvenil provocan exclusión social, criminalidad, problemas de salud mental, violencia, conflictos y consumo de drogas. Asimismo, no hay que olvidar los perjuicios que sufren las personas que han pasado por largos periodos de desempleo o que, en tiempos de baja demanda de mano de obra, se han visto obligados a aceptar trabajos poco satisfactorios (Eurofound, 2014). No obstante, es importante tener en cuenta que el desempleo constituye sólo una parte de la población activa. Un/a joven puede estar inactivo, desempleado, subempleado, empleado a tiempo completo, a tiempo parcial o incluso sobre-empleado y cada una de estas situaciones contribuyen igualmente a la evolución de las personas jóvenes cuando comienzan su vida laboral. Aunque el análisis del desempleo es importante, para tener una visión completa del panorama laboral de este grupo también hay que analizar la situación de aquellos/as que han tenido acceso al trabajo, siendo en este punto donde cobra importancia otro de los efectos que ha tenido la crisis sobre la juventud. Este fenómeno ha obligado a los/as jóvenes a ser menos selectivos con los empleos que están dispuestos a aceptar. Debido a ello, los/as jóvenes con trabajo tienen más probabilidades de tener horarios prolongados, contratos informales y/o de corta duración, baja remuneración y poca o nula protección social. En definitiva, el colectivo joven sufre de manera desproporcionada los efectos del déficit de trabajo decente y de los trabajos de poca calidad, medidos en función de la pobreza de los trabajadores, las bajas remuneraciones y/o la situación de empleo, incluida la incidencia de la informalidad (OIT, 2012). Considerando lo anterior, y sin obviar la problemática del desempleo, esta tesis se centra en el estudio de la segregación ocupacional de la juventud española durante el periodo 2002-15. Con este análisis se pretende determinar como de desigual es su distribución a través de las distintas ocupaciones, en comparación con otros grupos etarios (adultos/as y mayores). Asimismo, la heterogeneidad del colectivo joven obliga a considerar una serie de variables para ofrecer un análisis con el conveniente grado de detalle. En concreto se consideran las diferencias existentes en base al género, la nacionalidad, el nivel formativo adquirido y el lugar de residencia. La medición de este fenómeno se hace a través de una serie de herramientas, propuestas por Olga Alonso-Villar and del Rio (2010), que permiten medir, no solo la segregación global, sino también la de varios grupos (o subgrupos) poblacionales. De este modo, la metodología propuesta por dichas autoras hace posible profundizar en el análisis empírico. En definitiva, siguiendo el enfoque que ellas plantean, en el presente trabajo se considera que un grupo (o subgrupo) esta segregado siempre y cuando esté sobre-representado en algunas ocupaciones y sub-representado en otras, en comparación con la distribución del empleo total de la economía (referencia) a través de las ocupaciones. En este estudio se han tomado como referencia dos tipos de empleo: el total y el menor o igual a 5 años de antigüedad. La juventud se caracteriza por poseer, mayoritariamente, una antigüedad en el empleo inferior a 5 años y, por ello, se ha considerado oportuno filtrar el empleo de esta manera para conocer su efecto sobre los resultados y que la comparación entre los distintos grupos de edad sea más igualitaria. La medición de la segregación es importante por las repercusiones negativas que puede ocasionar al colectivo que la sufre. Sin embargo, este fenómeno no tiene por qué ser malo. El hecho de que un grupo presente altos niveles de segregación solo será perjudicial si la concentración del mismo se produce en los peores empleos de la economía. Debido a ello, para profundizar en el estudio de la segregación de un grupo no solo basta con determinar como de desigual es su distribución ocupacional, sino que también es necesario identificar la “calidad” de esas ocupaciones para poder conocer el efecto positivo o negativo de este fenómeno sobre el grupo estudiado. Siguiendo esta línea, en esta investigación se da un paso más en el análisis de la segregación del colectivo joven al explorar sus consecuencias económicas. Es decir, se estudia el fenómeno en sus dos dimensiones: vertical y horizontal. Para este propósito se han empleado las medidas desarrolladas por Olga Alonso-Villar and del Río (2015, 2016b), con las cuales se pueden cuantificar los efectos económicos de la segregación, tanto en términos monetarios como de bienestar, y también determinar si la ordenación ocupacional explica una parte importante de la posición económica de los distintos colectivos en el mercado laboral. Al mismo tiempo, también se emplean una serie de herramientas, recientemente propuestas por Olga Alonso-Villar and del Rio (2017), para cuantificar las pérdidas monetarias y de bienestar que experimenta la sociedad como consecuencia de la segregación que padecen los distintos colectivos que la componen. La medición de esta dimensión del fenómeno tiene implicaciones importantes si se considera que la calidad en el empleo sigue siendo una de las principales preocupaciones de los/as jóvenes y uno de los factores que más influyen en su inclinación a migrar (OIT, 2016).